El que un médico en prácticas pueda acceder a la carrera profesional de la Sanidad en Andalucía dependerá de que sea capaz de tramitar abortos, y de que quede demostrado.
Si no se tramitan abortos, y está el médico incluido en la Sanidad andaluza en un nivel 1, no progresará al 2,3 y 4; el médico quedará o fuera del Servicio Andaluz de Salud, o aparcado.
En el Servicio Andaluz de Salud los médicos no entran por oposición, sino por entrevistas.
La Junta de Andalucía, encarga a Fundaciones proclives al PSOE la redacción, mantenimiento de los sitios webs, y contenidos donde figuran las responsabilidades de los médicos, y funcionarios del SAS. Es decir que externaliza las responsabilidades, cuando funcionarios y estatutarios del SAS podrían hacer esas funciones al estar dentro de las competencias de los unos y otros. Sólo que los funcionarios y estatutarios son menos manipulables que los trabajadores de las Fundaciones que entran a dedo, y por afinidad a los políticos que promueven esas fundaciones.
La gran mayoría de médicos ignoran las normas por las que son evaluados, ya que no se les trasmiten, y para conocerlas hay que saber encontrarlas.
El Servicio Andaluz de Salud exige la vinculación demostrada con el abortismo de los médicos, presentando documentaciones que fehacientemente demuestren que el médico de atención primaria deriva "usuarias a ese servicio".
Paradógicamente el SAS penaliza a los médicos de familia si tramitan derivaciones a especialistas más de una cifra arbitrariamente fijada, por lo que son penalizados en los incentivos de "productividad": entendiendo por productividad no derivar a especialistas.
ANDOC CONCLUYE que el Servicio Andaluz de Salud pervierte la profesión sanitaria al obligarles a realizar prácticas ajenas a la misma, como son las derivaciones a abortos, ya que éstos están expresamente proscritos en los códigos deontológicos de sus Colegios, y Estatutos; mientras que les recorta la libertad de ejercer una medicina científica, independiente de criterios arbitrarios.
El médico deberá tramitar abortos para ejercer su profesión en Andalucía, y no deberá de tramitar derivaciones a especialistas para no ser penalizado.
Esta es una de las causas de malestar y desconfianza entre usuarios y médicos, al romper con sus restricciones injustificables el SAS la relación de confianza médico.paciente.
REFERENCIAS:documento guia rapida de las competencias de un médico de atención primaria
http://medicablogs.diariomedico.com/httpoctubloges/files/2010/12/Documento-101.pdf
CON OTRA REDACCIÓN
EL MEDICO DE ANTENCION PRIMARIA Y ABORTO
REFLEXIONES
Hay quienes pretenden que e/la médico/a de familia actúe a golpe de imposiciones legales, (aunque estas atropellen el código deontológico que nos rige y que desvirtúen nuestra razón de ser y actuar). El aborto provocado (escondido bajo esa alfombra infame y pervertida de la “palabra” IVE) no es un acto médico por más que se empeñen en que seamos médicos quienes participemos en él (por colaboración necesaria y/o silencio). No es misión nuestra participar en este genocidio silencioso.
No podemos objetar (dicen) en conciencia y parece ser que tampoco en ciencia (¿somos ciudadanos de segunda?): nuestra misión es entregar un sobre cerrado , rellenar unos datos administrativos… y no informar de la realidad que supone para la madre y su hijo el aborto provocado.¿ tiene sentido que se indique que este acto en atención primaria puede realizarlo “cualquiera”( enfermería , trabajo social , personal del área de admisión….; si es así no es un acto médico , no tenemos que objetar , ni siquiera tenemos obligación de participar.
Derivar los arbortorios ( dejemos de hablar de clínicas para no confundir) tiene su recompensa o su penalización profesional : avanzar o no en la carrera profesional , obtener o no un puesto de trabajo e incluso obtener o no la capacitación en la especialidad correspondiente.
Podemos derivar sin cortapisa alguna a los abortorios (no hay tope máximo y sí tope mínimo) pero no podemos derivar libremente (no por capricho) a los especialistas que consideremos oportunos .En este último caso, si sobrepasamos el cupo de derivaciones asignadas cobraremos menos en “productividad” (o más según sea el caso).
La verdad no tiene matices, la mentira muchos
El Colegio de Médicos de Sevilla abordó ayer el derecho de los profesionales a ejercer la objeción de conciencia en una mesa redonda y un debate que pusieron sobre la mesa, como era inevitable, la nueva legislación sobre el aborto, el papel de los sanitarios y el registro de objetores que cada vez suma más inscritos andaluces.
Fueron varias las voces, tanto desde la mesa redonda, como entre el público que rechazaron el aborto no sólo desde el punto de vista ético, sino desde la perspectiva profesional: «El aborto no es un acto médico», dijeron. Fue el punto que abrió el coloquio con la intervención de la doctora Rubín quien afirmó que el aborto «no es la interrupción del embarazo, sino la destrucción del embarazo» y apeló a aquellos sanitarios que los practican a que «no se llamen médicos si destruyen la vida».
Su postura fue refrendada desde la mesa de oradores por el presidente del Centro Jurídico Tomás Moro, Javier María Pérez-Roldán y Suanzes-Carpegna, quien convino con Rubín en que son muchos los profesionales que aseguran que el aborto no es un acto médico y que lo contrario es sólo «una manipulación del lenguaje y un engaño perverso».
«Un acto violento»
Igualmente, el profesor de Bioética y ex presidente de la Comisión Central de Deontología de la Organización Médica Colegial, Rogelio Altisent Trota, señaló que «la mayoría de los médicos estamos de acuerdo en que el aborto es un acto violento, pero parece que la sociedad occidental está anestesiada ante este tema».
José Antonio Díaz Fernández agregó que «hemos de tratar de llevar adelante la cultura de la vida, dar soluciones a la mujer y formación a los profesionales», además de destacar que el Consejo de Europa ha dado un giro importante «y se ha mojado al reconocer que el aborto puede ser la muerte de un ser humano».
En otro momento de la sesión de trabajo, el doctor Pérez-Roldán apuntó que hay temor en el Gobierno a que aumenten los casos de objeción de conciencia «porque si se multiplicaran podría llegar un momento en que la ley no se podría aplicar».
Precisamente, el coordinador de los servicios jurídicos del Colegio de Médicos de Sevilla reveló en su ponencia que desde la creación del registro de objetores por la Organización Médica Colegial , el número de inscritos no ha dejado de crecer entre los profesionales andaluces. Expuso también no sólo que la objeción es un derecho fundamental de los médicos, sino que entre las cuestiones a las que pueden reaccionar está no sólo el aborto, sino también la esterilización, la contracepción, la fecundación asistida, la investigación con embriones humanos y en el futuro podrán plantearse su postura en relación a cuestiones como la clonación o la eutanasia.
La mesa redonda aportó conclusiones sobre los últimos debates en relación a la aplicación de la legislación vigente, sobre el concepto de objeción de conciencia y el papel de los colegios profesionales en el registro de objetores.
La sesión estuvo coordinada por el vicepresidente del Colegio, Antonio Gutiérrez y presidida por el presidente de la institución, Carlos González-Vilardell.